lunes, 3 de noviembre de 2008

EL ENTRENAMIENTO

Como todo lo que uno haga, al repetirlo se va perfeccionando (generalmente), entrenar significa mejorar día a día, manteniendo un equilibrio. Es construirse a uno mismo.
En el caso del AIKIDO, esta construcción atiende los aspectos físico, mental y espiritual. Estos influencian unos en otros continuamente, y la sumatoria da el resultado de lo que uno es y cómo se siente.

Por ejemplo, una mente agresiva puede dar mas importancia al entrenamiento corporal para lograr un sentimiento de seguridad a la totalidad. En este caso se afecta lo espiritual y puede dañar el propio físico, dado que se exigirá mas de lo posible al cuerpo provocando lesiones. Estas lesiones pueden ser pasajeras o permanentes. En este caso tenemos que cuidar nuestra mente, la cual es una maravillosa herramienta, pero no puede ser el "jefe" dado que es peligroso. (Ampliaremos este concepto)

Una persona que se dice "espiritual" tal vez hable mucho y mire hacia arriba demasiado tiempo, olvidándose del cuerpo. Tal vez también se canse y no haga otra cosa que los ejercicios a un mínimo de sus posibilidades. En este caso no debe olvidar "poner los pies en la tierra" ya que se puede "volar" con una pequeña brisa.

Si desarrollamos un cuerpo en armonía con una mente, que conozca la existencia de un espíritu que nos rige, y todo ello, lo armonizamos con el medio en que existimos, nos convertiremos en seres más felices y fuertes. Experimentaremos la agradable capacidad de dar alegría a otros, o mejor dicho; que la descubran dentro de sí mismos y luego la pasen a otros.

Por lo tanto es sumamente importante lograr el equilibrio. AIKIDO es una forma de autoconocimiento y autodesarrollo. Es crecimiento constante. Entrenar es permitirse ese crecimiento. Y según cómo entrene será el resultado.

El entrenamiento en AIKIDO conviene que sea periódico. Un mínimo de 3 veces semanales da buenos resultados. La haraganería y su postergación son un ENEMIGO que debemos derrotar, estos usan como aliado la justificación que nos lleva a quedarnos en una comodidad debilitante.

Es bueno encarar el entrenamiento de manera relajada pero con disposición.

Estimado lector: espero le sirva.
Arigató go zaimashitá
Miguel Sensei

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