martes, 1 de noviembre de 2016


En los exámenes hay un momento de soledad para el examinado, donde expresa lo aprendido en un marco diferente. Es un indicador de la evolución. En este sondeo se verá el temple desarrollado, la forma y el espíritu con que realiza lo practicado.
En estos momentos saltan las carencias y los fortalecimientos.
No deja de sorprender la positiva evolución en algunos casos, donde alumnos que llegaron mostrando mucha inseguridad, se notan firmes y seguros en la ejecución técnica, lo cual se transmite a su vida personal.
En nuestro Dojo, hemos comprobado muchas veces la superación de aquellos que practican con consciencia y constancia.





Dentro de cada escuela se toman los grados de diferentes maneras: en nuestro caso el grado otorgado es una marca de responsabilidad para con el Dojo y sus compañeros. Además de un indicador evolutivo que muchos pueden tomar como premio, tratamos que esto no confunda la realidad haciéndonos creer que somos algo más que practicantes.
El maestro Kazuo Chiba decía que si un maestro perdía el espíritu de soshin (estudiante) comenzaba a marchitarse y a perder el arte.
Por lo tanto tenemos que ver que el Aikido es un estudio para toda la vida, es un continuo evolucionar, y eso sólo sucede manteniendo ese espíritu entusiasta y curioso.


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